Algo nos está pasando

Qué más podría decirte, no tengo palabras. Sé que eres una de esas partes de la vida que nunca olvidaré y aunque me cueste creerlo te he visto andar en las nubes cuando el sol se está escondiendo. Estás corriendo, te estoy siguiendo. Tienes respuestas?

No puedo creer que fuiste real y que todo el tiempo que te anhelé se resumió en un beso, inolvidable. Recuerdo que tus dedos pasaron el puente de mis manos, la resistencia de mi mirada y así, suavecito, me cubriste de tu vida. Me envolviste y me envolví detrás de la cortina de la casa de tu abuela. Todavía estoy ahí, acurrucada y tratando que las lágrimas no arrasen con mis ojos. Sabías que uno de los significados de arrasar es llenar los ojos de lágrimas?

No pretendo que esto sea triste, no lo veo así. Eres, y creo que así morirás, uno de los sueños más hermosos de mi vida. Ilusiones y mil palabras rodaron por tu espalada mientras me dejabas y aunque me dolía, hablar de ti se convirtió en una necesidad de mi lengua. Cada instante sabe a tierra, cada sonrisa sabe a azúcar con jugo de maracuyá.

Sin duda eres el único dueño de mi cuerpo, de mis suspiros, de mis sonrisas que están cansadas de fingir. Cuando vienen a mi cabeza peluda y blanca los recortes de esa escapada, no puedo dejar de sonreír y se me mueven cosas por dentro, que seguro tú entenderás, y me acuerdo del sillón, del camino, de las rocas y de tus manos abrazándome para que no temblara. De verdad, fue lindo. Es lindo tenerte cerca.

No sé si sea posible, pero a tú lado creo que puedo ser feliz. Y aunque es temprano para decirlo, te quiero!!!! Esto no es para ti del todo. Es para ti y para todos. Pero bueno, al fin y al cabo estaba pensando en ti.