ME GUSTAN DOBLES

Algunas veces me pongo en la ardua tarea, porque tengo que reconocerlo es pesada, de pensar en mi pasado y en lo que he vivido. El resultado locura, vanidad, necedad, inseguridad, vos, yo, él, sí él, y por supuesto, ELLOS; y me sorprende que, a pesar de los errores normales en los que he vuelto a caer, porque es otra cosa que a la que también tengo que bajarle la mirada: sí, me he vuelto a equivocar; la palabra que más se repite, es esa REPETICIÓN.

Estoy destinada, o más bien, como dirían los seudopsicoanalistas que posan de amigos, me gusta repetir y repetir y repetir y repetir. Quién sabe por qué trauma raro de mi infancia. Aunque esto debería tener más fondo, no es así. Mi repetidera, es más una cuestión de estilo y de casualidad* (una aclaración al final de la página), de letras que se siguen y formas las palabras que repito y repito y repito. Sin embargo, y este comentario se lo dedico con cierta soberbia a mis amigos, los de arriba, no es consciente y no los he elegido yo. He decidido meterme en la boca de esos lobos, pero sin saber o sin pensar que estoy repitiendo y repitiendo y repitiendo.

De paso no entiendo por qué han sido de a dos, porque ese número no me gusta. Además dos es muy poquito para tenerlo en cuenta y es tanto que estoy escribiendo esto. Tengo por orden alfabético una lista en el cielo de mi casa, es claro que varias palabras están repetidas. Y qué más da, me acorde, en este momento, de otras más. Claro que estas últimas menos significativa que las anteriores, las primeras palabras, que son también personas, tendrán siempre el primer puesto en este montón de letras. No les puedo dar más, son la razón de este pobre ensayo sobre la casualidad de llamarse de algún modo que se une a otra casualidad de llamarse de algún modo igual a la casualidad inicial y que se volvió una constante en la vida de una niña que se cree la escritora, la enamorada y la linda (Atentado contra la estilística y la capacidad intelectual de los lectores. Nota del Editor). Por otro lado, son las dobles las que se deberían sentir mal, o al menos eso quisiera yo, porque algunas otras no se han repetido en mi vida, son únicas y eso da orgullo y envidia. Un libro, no me acuerdo de quién es, dice más o menos algo así: los hombres siempre quieren ser el primer amor de las mujeres y nosotras queremos ser el último amor de ellos, sólo por eso siéntanse mal mis queridos repetidos, pero tranquilos que unos pocos de ustedes, creo que dos si mi memoria no me falla, son lo mejor de lo mejor.

Después de tanto enredo de palabras, que me he demorado en volver a construir porque ni yo entendía, creo que encontré una claridad en esto: la segunda persona, la segunda cadena de palabras, es la mejor. Aunque no es más que un descubrimiento que no debería ser relevante, lo es. Los últimos se han reído mejor, y me han herido más. Tengo miedo…estoy bailando alrededor del segundo.

Ya no quiero escribir sobre mi secreto, pero gracias a JP, el segundo, a DV, acá tengo un problema… dos repeticiones se me unen en siglas… Bueno estandarizándolo son DCVS… problema resuelto, a LR, ST…

No puedo ser así, si no lo digo pierde el sentido, pero tampoco quiero decirlo en mayúscula sostenida y en idioma normal (He leído un blog, el de Anita y creo que sé cómo puedo decirlo): eM eh oditem noc serbmoh euq es namall laugi!!! Sod Nauj Olbap (im adiv son somev ne nu otnup ertne Ans Emsoc y Naimad), Sod Leinad, Sod Divad (POR EL BIEN DE LOS DOS), Sod Náitsabes, Sod Sacul…. ¿quién seguirá?

* "Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla." Milan Kundera. De ahí que más que repetir, esto sea un juego de casualidades y por eso lo estoy escribiendo.